Vengo llegando y reponiéndome de un viaje de 3 semanas al Oriente Asiático, una gira un poco demoníaca por Bangladesh y China. Demoníaca por la cantidad de horas de vuelo que se acumulan en el cuerpo, por el trabajo doble que hay que hacer -de día con proveedores y de noche con los HQ en Santiago- y por el volumen de información que se asimila en tan poco tiempo. Y eso que siento que fui en un plan espectador más que protagonista de lo que se gestó en este viaje.

Este viaje es uno de los tres que se hacen durante el año en mi empresa para la negociación de las colecciones de Verano – Invierno de las marcas del holding, y para la negociación de Escolar de estas mismas marcas y las terceras marcas que manejamos. Al mismo tiempo, también se inspecciona la producción de los artículos de estas colecciones, lo cual permite detectar irregularidades de mano de obra, calidad, incluso planchado y packing de los productos que serían imposibles de revisar desde Chile únicamente. Porque por supuesto, un proveedor te enviará para aprobación lo mejorcito que le envíen de su fábrica. Y si ese proveedor no se da el tiempo de inspeccionar en persona tus producciones, lo más posible es que hayan errores de medianamente graves para arriba en el bulk production. Tricky, uh?

Por esto, para una empresa de mediano o gran tamaño que quiera cuidar de sus inversiones en el rubro textil en China, es una muy buena idea que al menos una vez al año se visite en persona a sus proveedores regulares y ojalá las fábricas donde se realizan sus producciones. Esto, porque el saber que tu cliente sí o sí controlará tu trabajo te hace hacerlo con el doble de cuidado.

Otro factor no menor, es revisar exactamente dónde se están produciendo tus artículos para evitar problemas como los que ha tenido Inditex y otras marcas importantes en el pasado. Me tocó viajar kilómetros y kilómetros en auto para conocer las fábricas de nuestras prendas, y pudimos evitar así poner producciones en fábricas paupérrimas, con bajas condiciones de salubridad, con una clara falta de maquinaria apropiada y experiencia de los operarios. Comentaré más adelante los mitos y verdades de las fábricas Chinas, y sabrán si es verdad aquello de niños trabajando.

En balance de la experiencia, puedo decir que me sirvió para abrir los ojos a la forma en que piensan los proveedores, sus dudas al momento de evaluar una ficha y dar sus precios, los problemas de producción que enfrentan, y la mejor forma de ayudarlos (y ayudar-se) para solucionar cualquier inconveniente.

Les iré contando de a poco para no aburrirl@s… aunque yo no me aburrí en ningún momento del viaje. Pero probablemente eso fue porque no tenía tiempo :/